lunes, 29 de agosto de 2011

DESHACERNOS DEL MUNDO

VII. EL FUNDAMENTO EN BASE
AL CUAL NOS DESHACEMOS DEL MUNDO

[La base para hacer frente al mundo es la misma que para hacer frente al pecado. Depende del sentir de la vida divina que obtenemos en nuestra comunión con Dios. Dios no pide que nos separemos inmediatamente de todo lo profano y de todas las cosas que nos usurpan, sino que quiere que nos deshagamos de las cosas que consideramos profanas y que nos usurpan. En la práctica, puede ser que haya cien cosas profanas en nosotros, pero durante nuestra comunión con Dios sólo estamos conscientes, quizás, de diez. Entonces, Dios sólo nos hace que seamos responsables de estas diez; y no de las noventa restantes. No es sino hasta que hayamos alcanzado cierto grado de comunión en vida que podremos percibir las noventa restantes, y tratar con ellas.]
[Hay dos factores que influyen decisivamente en nuestro sentir interior hacia el mundo: nuestro amor hacia Dios y nuestro crecimiento espiritual en la vida divina. Hemos dicho que Dios mismo es la norma en que nos basamos para deshacernos del mundo. Si estamos lejos de Dios, no estaremos conscientes de nuestra condición mundana. Pero una vez que nos acercamos a El, descubriremos muchas cosas mundanas en nosotros. Sólo aquellos que aman a Dios desean acercarse más a El. Por lo tanto, si deseamos deshacernos del mundo, debemos primero amar a Dios.]
[Nuestro sentir interior hacia el mundo también depende de nuestro crecimiento espiritual. Cuanto más avancemos en la vida espiritual y en el conocimiento de Dios, discerniremos el mundo con mayor profundidad. Este discernimiento es el sentir interior que tenemos hacia el mundo, y constituye la base para tratar con el sistema mundial. El grado de nuestro crecimiento espiritual siempre es proporcional al grado en que nos hemos separado del mundo.]

VIII. EL EXTREMO AL CUAL DEBEMOS LLEGAR
AL INTENTAR DESHACERNOS DEL MUNDO

[Los extremos a los cuales llegamos para separarnos del mundo están determinados por la “vida y paz” (Ro. 8:6) que tengamos. Siempre que decidamos separarnos de aquel aspecto del mundo del cual estamos conscientes, debemos hacerlo hasta que tengamos paz y vida interiormente. Ya que estas decisiones dependen del sentir de vida que deriva de la comunión con Dios, en realidad son experiencias de la vida divina. Adoptar esta posición frente al mundo de esta manera hace que experimentemos vida y nos sintamos frescos, radiantes, satisfechos, fuertes, gozosos y en paz. En otras palabras, debemos separarnos del mundo a tal punto que tengamos vida y paz].

IX. LA PRACTICA DE DESHACERNOS DEL MUNDO

A. No amar el mundo

[En 1 Juan 2:15 se nos manda que no amemos al mundo ni las cosas que están en el mundo. Nos dice que si amamos al mundo, el amor del Padre no está en nosotros. No amar al mundo es la base para vencer al maligno. Si amamos al mundo aunque sea sólo un poco, le estamos dando al maligno terreno para que nos venza y nos subyugue.] Cada vez que abrimos nuestro ser al mundo, al sistema de Satanás que es contrario a Dios, perdemos la batalla contra él.]

B. Vencer al mundo por
el espíritu regenerado

[Conforme a 1 Juan 5:4, todo lo que es nacido de Dios vence al mundo.] En este versículo “todo” se refiere al espíritu humano. [Por lo tanto, el espíritu humano regenerado es el que vence al mundo. En cuanto a vencer al mundo, no debemos confiar en nuestra propia habilidad o esfuerzo. Nuestro espíritu tiene la capacidad de vencer a Satanás y al mundo, o sea, al sistema maligno. Pero por nosotros mismos no podemos vencer. Cuando ejercitamos nuestro espíritu, permanecemos en nuestro espíritu y andamos conforme a él, descubriremos que nuestro espíritu tiene la capacidad, mediante la vida divina, de vencer a todas las cosas negativas. Es por eso que necesitamos ejercitar nuestro espíritu para tener comunión con el Señor y orar buscando disfrutarle. Necesitamos también ejercitar nuestro espíritu al invocar el nombre del Señor y al orar-leer la Palabra. Este ejercicio estimula la habilidad de nuestro espíritu para vencer al mundo.
La vida divina en nuestro espíritu es la que tiene la capacidad de vencer al mundo maligno y satánico. Estamos rodeados de tentaciones. ¿Cómo entonces podemos vencer? La vida divina en nuestro espíritu puede vencer a la tentación. Tenemos que ver que nuestro espíritu está mezclado con la vida divina y que es el órgano capaz de vencer al mundo.]
Fuimos creados por Dios, redimidos por Cristo y regenerados por el Espíritu; por lo tanto nosotros somos sólo para El. Pertenecemos a Dios; por consiguiente, debemos ser poseídos y ocupados únicamente por El. Tenemos que deshacernos de cualquier cosa del mundo que nos usurpe. Experimentamos vida y crecemos en vida a medida que renunciamos al mundo. El Espíritu es la fuente de estos tratos disciplinarios y El los lleva a cabo con miras a que crezcamos en la vida hasta alcanzar la madurez en vida.

Preguntas

  1. Explique la diferencia que hay entre el pecado y el mundo.
  2. ¿Cómo se relacionan las tres categorías de las necesidades del hombre con la formación del mundo?
  3. ¿Cuáles son los cinco pasos que hicieron posible la formación del mundo?
  4. Defina el mundo conforme a 1 Juan 2:15.
  5. ¿Cuál es el contenido del mundo? Discuta cada elemento brevemente.
  6. ¿Cómo podemos librarnos del mundo?
  7. ¿De qué elementos consiste el mundo en relación con nuestra vida diaria?
  8. ¿Qué norma usamos para medir la influencia del mundo en nosotros? ¿Cómo puede diferir esta norma entre un creyente y otro?
  9. Mencione los dos factores que influyen en nuestros sentimientos hacia el mundo.
  10. ¿Cómo podemos vencer prácticamente al mundo?

Citas tomadas de las
publicaciones de Lee y de LSM

  1. La experiencia de vida, págs. 67-96.
  2. Versión Recobro, 1 Jn. 2:15, nota 2.
  3. Life-study of First John [Estudio-vida de 1 Juan], págs. 172, 174-175, 320.


(Libro de lecciones, nivel 4: La vida -- Conocer y experimentar la vida divina, Chapter 14, Section 4)

miércoles, 10 de agosto de 2011

COOPERAR CON EL ESPÍRITU SANTO

El Espíritu en nuestro espíritu constantemente se mueve, opera y actúa en nosotros de una manera positiva. En 1 Juan 2:27 se nos dice que la unción que hemos recibido del Señor permanece en nosotros. Este versículo no usa la palabra ungüento, sino la palabra unción, lo cual implica el movimiento o aplicación del ungüento. El ungüento es el Espíritu, y la unción es la acción o movimiento del Espíritu. Por tanto, este versículo comprueba que el Espíritu Santo, que está en nosotros hoy como el ungüento, constantemente se mueve, opera y actúa en nosotros de una manera positiva. Esto es semejante a la electricidad, la cual continuamente circula por toda la casa en forma de corriente. Si no hay corriente, entonces, en la práctica, no hay electricidad. Por tanto, a fin de que haya corriente eléctrica en la casa, la electricidad debe moverse, circular y fluir constantemente en toda la casa. De la misma manera, el Espíritu Santo se mueve continuamente en nosotros.
Sin embargo, el problema que tenemos hoy en día es que la mayor parte del tiempo limitamos, estorbamos e impedimos este movimiento, operación y acción del Espíritu. El problema no es que el Espíritu no esté obrando en nosotros; al contrario, el Espíritu continuamente está obrando. El problema es que nosotros no cooperamos lo suficiente con el Espíritu. Podemos explicar mejor esto con el ejemplo del matrimonio. Un matrimonio es la unión de dos personas, las cuales llegan a ser una sola; sin embargo, si la esposa nunca coopera cuando su esposo actúa, él no podrá hacer nada. Esto es semejante a nuestra relación con el Señor. El Señor se ha mezclado con nosotros y ahora está operando en nuestro interior, pero nosotros no cooperamos mucho con Él. A menudo oramos para que el Señor haga algo, y decimos: “Señor, estamos esperando que hagas algo”, pero no nos damos cuenta de que Él está esperando que nosotros cooperemos con Él. Él quizás nos esté diciendo: “He estado esperando por mucho tiempo a que tú cooperes”. De manera que el problema no es el Señor, sino nosotros. Es importante que nos quede muy claro este principio básico respecto a la necesidad de nuestra cooperación.
Podemos comprobar este principio en nuestra experiencia. Cuando no ejercitamos nuestro espíritu, sofocamos al Espíritu. Esto es como cerrar el tiro de una chimenea. Cuando cerramos el tiro de la chimenea, por donde entra el aire, no circula ninguna corriente de aire para que el fuego pueda arder. Muchas veces nosotros sofocamos al Espíritu de igual manera, impidiéndole que se mueva, unja y arda. Así, en lugar de cooperar con el Espíritu, apagamos el fuego del Espíritu (cfr. 1 Ts. 5:19; 2 Ti. 1:6).
El Espíritu está esperando encontrar una oportunidad para arder. Si simplemente le damos al Espíritu la oportunidad de arder, Él arderá. Por tanto, la responsabilidad recae sobre nosotros. Si quisiéramos encender un fuego, sería ridículo orar al fuego, diciendo: “Fuego, te ruego que ardas”. Si el fuego pudiera hablar, nos respondería: “Tú debes primero cooperar conmigo; tienes que echarme algo para que pueda arder”. No hay necesidad de orar al fuego. El fuego ya está listo y está esperando encontrar la oportunidad para arder; si simplemente cooperamos abriendo el tiro de la chimenea, trayendo madera y echando un poco de combustible, el fuego arderá. Sucede lo mismo con el Espíritu. En el pasado escuché a muchas personas orar de esta manera: “Señor, llénanos del Espíritu Santo. Estamos esperando el derramamiento de Pentecostés”. En la mayoría de los casos esta clase de oración no funcionó. Sin embargo, sabemos por experiencia que siempre que cooperamos con el Espíritu Santo, el Espíritu es liberado.
Debemos tener claro que el hecho de que el Espíritu Santo nos llene u opere no depende del Espíritu Santo, sino de nosotros. Si no cooperamos con el Espíritu o si no estamos dispuestos ni listos, el Espíritu no podrá hacer nada. Lo único que Él podrá hacer es esperar hasta que nosotros estemos dispuestos y listos.


Título/Autor:Ejercicio de nuestro espíritu para la liberacion de nuestro espíritu, El,
by Witness Lee

http://www.librosdelministerio.org/books.cfm?id=%24%24%2AS%20Z%40%20%20%0A

miércoles, 8 de junio de 2011

¡Vanidad de vanidades, todo es vanidad y es como perseguir al viento si no somos llenos de Dios, como nuestro contenido!

¡Cuando oramos con la Palabra de Dios, la luz resplandece! La Biblia dice con toda claridad que “toda la Escritura es inspirada por el aliento de Dios”… (2Tim 3:16) –y esto significa que todas las palabras que están en la Biblia son el aliento de Dios que pueden convertirse en vida para nosotros cuando la interiorizamos apropiadamente, es decir, cuando las tomamos (leemos) “con toda oración y petición en el espíritu (Ef 6:17-18). Esta mañana en mi tiempo de oración y lectura para ser avivado, encontré algunos versículo “inusuales” que exponen (descubren, desvelan) la realidad de la vida humana “bajo el sol”, sin Dios (Sal 90:10):
“Los días de nuestra edad son setenta años; Y si en los más robustos son ochenta años, Con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, Porque pronto pasan, y volamos”.
Según Eclesiastés 12:8: “Vanidad de vanidades, dijo el Predicador, todo es vanidad”.
El hombre fue creado por Dios para ser lleno de Dios y para que Dios sea el contenido del hombre y su realidad. Sin embargo, hoy todos los hombres han perdido a Dios como su posesión y ¡en un sentido divino, sin Dios no tienen un lugar donde morar! ¡Todas las personas hoy van a la deriva en busca de un hogar – el hombre está vagando porque ha perdido a Dios! ¡Dios es nuestra verdadera morada y nuestra verdadera posesión! ¡Necesitamos ver la verdadera condición del hombre que no tiene a Dios, tal como nos lo revela la Biblia! ¡Cada cual está lleno de tantas cosas que piensa, anhela o persigue, pensando que le traerá paz y satisfacción, pero estas cosas son el contenido equivocado! ¡Cuando venimos a la Palabra de Dios y oramos con ella; cuando Su luz resplandece en nosotros somos expuestos a la luz, mostrados exactamente cómo somos y somos vaciados de cualquier otra cosa!
La verdadera condición de toda la vida humana en la tierra, sin Dios, puede ser resumida en una palabra, VANIDAD. El rey Salomón tuvo todo cuanto quería, incluyendo sabiduría, riquezas, etc – pero cuando analizó y consideró cuidadosamente la vida humana y la existencia del hombre, concluyó que todo es vanidad de vanidades (Ec 1:2-11). Todas las cosas en la vida humana son vanidad – son como perseguir sombras o ir tras el viento. La vida humana en sí misma es breve, efímera, corta y llena de trabajo y penas. Los más fuertes entre nosotros duran hasta 80-90 años, pero la mayoría terminan su viaje en los 70. ¡Si alguien vive en la tierra, aún hasta los 90 y vive sin Dios estará lleno sólo de trabajo y dolor – y los años se le pasarán volando!
¿Por qué es así? ¿Por qué todo es vanidad en la vida humana? Pues simplemente porque el hombre fue creado para Dios. Lo que verdaderamente puede satisfacer al hombre; lo que verdaderamente puede darle paz al hombre y verdaderamente puede constituir placer para hombre es Dios mismo. Dios es la bendición del hombre, el bien para el hombre – pero el hombre ha abandonado a Dios y se ha perdido. Ahora todos los hombres tratan de llenar su necesidad buscando placer y satisfacción en cosas, reconocimiento, acumulación, relaciones y mediante actividad, etc – ¡todo esto está vacío (e incluso peor), estas cosas y asuntos nos mantienen atados! Como el hombre no tiene a Dios como el significado y el centro de su vida, está continuamente luchando para obtener disfrute. El resultado de esta lucha es que cae en toda clase de ataduras – ¡toda la búsqueda que el hombre realiza por placer y satisfacción fuera de Dios, se convierte en atadura para el hombre! ¡Inclusive su propia familia y sus parientes pueden llegar a ser ataduras para el hombre! ¡Hasta las cosas (o situaciones) necesarias y positivas pueden esclavizarnos! ¡Si nuestro ser interior está ocupado con personas o cosas, el Señor no tiene lugar en nosotros! ¡Cuando Cristo entra y llena nuestro corazón; cuando disfrutamos al Señor en Su Palabra en nuestro tiempo personal con Él o en las reuniones (junto a otros), nuestro corazón se llena de Dios y experimentamos el verdadero significado de la vida humana! ¡El verdadero disfrute, la verdadera satisfacción y bendición (para todos nosotros) es Dios mismo cuando somos llenos de Él! El hombre realmente fue hecho para contener a Dios y ser lleno de Dios – ¡cualquier otra empresa que emprendamos o cualquier otra búsqueda que realicemos para ser llenos de cualquier otra cosa que nos dé satisfacción, se convierte finalmente en una atadura y en muerte! ¡Hoy el Señor quiere que seamos llenos de Él! ¡Él quiere más espacio en nuestro corazón (a los que lo hemos recibido ya) y entrar en nuestro corazón (a los que no lo han recibido) para llenarlo consigo mismo, para ocupar nuestro ser más plenamente y que seamos saturados! ¡Venir al Señor! ¡Abríos a Él para ser llenos con Él! ¡Y de este modo ser llenos de toda realidad, paz real, verdadera satisfacción y significado! [Disfrute del libro El jubileo del hermano Witness Lee, tal como se cita en La palabra santa para el avivamiento matutino sobre el Estudio de cristalización de Isaías (2); read this portion in English also via, vanity of vanity, all is vanity and chasing after the wind if we’re not filled with God as our content!]
¡Continúa exponiendo la vanidad de la vida humana sin Ti, Señor, y sálvanos de vivir apartados de ti! ¡Eres el verdadero significado de la vida humana y deseamos ser llenos del Dios Triuno ahora mismo! ¡Llénanos, querido Señor Jesús! ¡Sin Ti la vida es vana y es como perseguir al viento! ¡Sólo Dios como nuestro contenido puede satisfacernos, llenarnos y bendecirnos! ¡Sálvanos de una existencia sin significado! ¡Gana más terreno en nuestros corazones y el espacio que aún no esté lleno de Ti! ¡Nos abrimos a Ti tanto como podemos – ven, querido Señor y llénanos hoy!

Link: http://dioshombre.wordpress.com/2011/06/05/%c2%a1vanidad-de-vanidades-todo-es-vanidad-y-es-como-perseguir-al-viento-si-no-somos-llenos-de-dios-como-nuestro-contenido/

lunes, 25 de abril de 2011

Voluntarios de Bibles for Japan se unen a la ayuda a los damnificados por el terremoto

Miércoles, 20 de abril del 2011
“Exhorto ante todo, a que se hagan peticiones, oraciones, intercesiones y acciones de gracias, por todos los hombres…Porque esto es bueno y aceptable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al pleno conocimiento de la verdad”—1 Ti. 2:1, 3-4

Nosotros en Bibles for America estamos orando por las personas en Japón que han sufrido tanto a causa de la devastación provocada por el terremoto y el tsunami. Habiendo visto las consecuencias desoladoras de las calamidades oramos por la salud, el consuelo y el bienestar de los sobrevivientes. Esperamos y oramos que muchos vengan a conocer y a experimentar el amor de Dios y abran sus corazones para recibir a Jesucristo como su Salvador y esperanza eterna.

Hasta el seis de junio cristianos de los Estados Unidos, Corea y Taiwán se unirán a voluntarios de Bibles for Japan para ayudar a los damnificados y para propagar la palabra de Dios en las áreas más afectadas de la costa noreste de Japón.

Oren para que el deseo de Dios nuestro Salvador de que todos los hombres sean salvos y vengan al pleno conocimiento de la verdad se cumpla en Japón.

Fuente: http://www.bfa.org/2011/04/Voluntarios-de-Bibles-for-Japan-se-unen-a-la-ayuda-a-los-damnificados-por-el-terremoto-r-0.aspx

lunes, 18 de abril de 2011

Demostración del Espíritu

En 1 Corintios 2:4 Pablo dice que, cuando fue a los corintios, él no usó palabras atractivas y persuasivas, sino que fue a ellos con demostración de su espíritu. “Ni mi palabra ni mi proclamación fue con palabras persuasivas de sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder”. Las palabras persuasivas de sabiduría provienen de la mente humana y salen de la boca; la demostración del Espíritu procede del espíritu humano. Las palabras de Pablo procedían de su espíritu con la liberación del Espíritu y por tanto con poder. Quizás los corintios pensaban que Pablo era un insensato, pero ahí estaba la demostración del Espíritu. Donde está la demostración del Espíritu, allí también está el poder. No se trata de hablar con palabras persuasivas de sabiduría mediante el ejercicio de nuestra mente, sino de ejercitar nuestro espíritu para liberar a Cristo como vida y ministrarlo a otros.
En la reuniones de la iglesia, todos debemos actuar con la demostración del Espíritu. No nos debe importar hablar con elocuencia. Todos tenemos que demostrar nuestro espíritu. En vez de elocuencia, necesitamos expresión. La expresión es diferente de la elocuencia. La elocuencia es algo natural. Algunas personas nacen con elocuencia y otras carecen de elocuencia y son torpes al hablar. Sin embargo, es posible que sepan como demostrar el Espíritu y tener la expresión adecuada. La expresión procede del espíritu.
Nuestra única necesidad es aprender a ejercitar nuestro espíritu humano. Cristo ha logrado todo, ha obtenido todo y ha alcanzado la posición de ser Cabeza. Todo está terminado, todo está listo, y gracias a Él todo ha sido instalado en nosotros. Por mi propia experiencia, puedo decirles que lo necesario es aprender a ejercitar nuestro espíritu.

Fuente: Servir en el espíritu humano, by Witness Lee

El Espíritu Santo y nuestro espíritu humano: el poder y el interruptor

Sabemos, como cristianos, que para servir a Dios necesitamos al Espíritu Santo. Sin el Espíritu Santo, no tendríamos la posibilidad de servir a Dios. Sin embargo, necesitamos una visión, una revelación, y ésta es, que para servir a Dios es necesario que además conozcamos nuestro espíritu humano. El Espíritu Santo es el poder para que podamos servir a Dios, y el espíritu humano es el órgano, el medio, el instrumento, para que nosotros recibamos y contengamos el poder y lo apliquemos.
La manera de usar nuestro espíritu humano puede representarse con la aplicación de la electricidad. Antes de todo, es necesario que se instale la electricidad en un edificio. Después de que la electricidad se instala, ¿qué tenemos que hacer para usarla? Sería absurdo llamar a la compañía eléctrica y pedirles que envíen algo de electricidad. Lo que necesitamos hacer es simplemente usar el interruptor para aplicar la electricidad. Si nos damos cuenta que la electricidad ya ha sido instalada, simplemente necesitamos ir al lugar donde exista algún medio para que apliquemos la electricidad. Cuando encendemos el interruptor, inmediatamente la electricidad trabaja para nosotros.
Podemos compararnos con el edificio, y el Espíritu Santo con la electricidad celestial y divina. Esta “electricidad” espiritual es el Señor mismo, y Él ya ha sido instalado en nosotros. Tenemos que darnos cuenta de que ya tenemos la electricidad celestial instalada en nosotros. ¡Aleluya realmente ya tenemos esta instalación! Recibimos esta maravillosa instalación de Cristo en nosotros cuando le aceptamos. Ahora sabemos que necesitamos al Espíritu Santo, pero tal vez no entendamos claramente cómo aplicar al Espíritu Santo, el cual ha sido instalado en nosotros como la electricidad celestial. No hay necesidad de que ayunemos y oremos por tres días y tres noches sin dormir. No hay necesidad de que oremos fervientemente en voz alta y que derramemos lágrimas. La electricidad celestial ya ha sido instalada en nosotros y existe un interruptor dentro de nosotros. Cuando necesitamos la electricidad para algo, simplemente vamos al lugar adecuado a fin de tocar el órgano apropiado, que es el medio para aplicar la electricidad. Tocamos el interruptor y se enciende la electricidad. Es así de sencillo. Éste es el secreto maravilloso de aplicar la electricidad celestial.
La pregunta crucial entonces es dónde podemos encontrar el interruptor, dónde podemos encontrar el órgano, el medio para aplicar la electricidad celestial. Es evidente que el órgano adecuado no son nuestros ojos ni nuestra mente ni siquiera nuestro corazón. Dios creó el espíritu humano como el órgano específico para este propósito. “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu [en el espíritu humano] [...] es necesario que adoren” (Jn. 4:24). Algunos se han opuesto al énfasis que ponemos en el espíritu humano puesto que ellos sólo prestan atención al Espíritu Santo y no reconocen la diferencia entre el espíritu, la mente y el corazón.
No hay manera de explicarles a las personas cómo pueden ser regenerados si no reconocen que Dios ha creado nuestro espíritu humano para tener contacto con Él. Ciertamente una persona que no es salva no puede ser regenerada en otra parte de su ser, ¡ni en su mente ni en su corazón! La regeneración se lleva a cabo en el espíritu humano. Juan 3:6 nos dice: “Lo que es nacido del Espíritu, espíritu es”. En este versículo vemos dos espíritus: el Espíritu Santo y el espíritu humano. Lo que es nacido del Espíritu Santo es el espíritu humano. El espíritu humano es el órgano específico que nos sirve para tener contacto con Dios, quien es el Espíritu. Nuestro espíritu humano es el interruptor, el órgano adecuado o el medio para aplicar la electricidad que ha sido instalada en nosotros.
Hoy en día sabemos dónde podemos encontrar el interruptor y sabemos cómo usar el interruptor, cómo usar nuestro espíritu humano para tener contacto con el Señor, quien es la electricidad divina. ¡Qué lástima daría si no pudiéramos encontrar el interruptor o no supiéramos cómo accionarlo, cómo usarlo, para tener contacto con el Señor! El interruptor es el espíritu humano. Cuando hablamos de manejar, usar o tocar el interruptor, estamos hablando de ejercitar nuestro espíritu humano. Es tan sencillo. Si pudiera dejar en ustedes una profunda impresión en cuanto al ejercicio del espíritu humano, no necesitaría hablar más. ¡Qué importante es que aprendamos a usar nuestro espíritu humano, que sepamos cómo usar el interruptor!

Fuente: Servir en el espíritu humano, by Witness Lee
http://www.librosdelministerio.org/books.cfm?id=%24%27%2FS%28Z0%20%20%0A

viernes, 15 de abril de 2011

Propagar la Palabra de Dios—una Biblia a la vez

Materiales bíblicos

Estamos contentos de ofrecerle gratuitamente los siguientes materiales bíblicos y otros recursos que le ayudarán a complementar su lectura bíblica. Constantemente estamos laborando en materiales bíblicos, así que, le pedimos que visite nuestra página nuevamente.


Guía para usar Elementos básicos de la vida cristiana, tomos 1–3

Inicie su recorrido de la lectura de Elementos básicos de la vida cristiana, tomos 1–3 con la ayuda de esta guía tamaño bolsillo. Por cada capítulo que hay en los libros, la guía proporciona un enfoque resumido, lectura bíblica, preguntas para estudiar y versículos para memorizar o sugerencias para usar.
Descargar la versión PDF de la guía en formato para imprimir
Descargar la versión PDF de la guía en formato para aparatos móviles

Fuente: http://www.bfa.org/BibleStudyAids.aspx?culture=es-ES&utm_source=Spanish+BfA+Newsletter+recipients&utm_campaign=c5135670c8-Boletin_de_noticias_Abril_del_2011&utm_medium=email

martes, 12 de abril de 2011

Animar la ambición al enfatizar el desarrollo de las habilidades naturales como "dones"

Algunos hermanos han animado a los jóvenes a que "desarrollen, perfeccionen y utilicen los dones que Dios les ha dado para la edificación de las iglesias". Aunque esas palabras se oigan bien placenteras, traicionan un malentendido básico en cuanto a qué son los dones, cómo se desarrollan los dones genuinos y cómo estos están relacionados con la edificación de la iglesia. Lo que se necesita para edificar la iglesia no es desarrollar las habilidades naturales, tales como la música o los dramas, sino ministrar vida. Las habilidades naturales pertenecen a la vieja creación y no tienen valor delante de Dios. Los dones que son útiles en la edificación de la iglesia son los que son el resultado del crecimiento en vida; ellos no se pueden desarrollar independientes de nuestra búsqueda de Cristo y de Su impartición de la vida divina en nosotros cuando tenemos comunión con Él. Enfatizar el desarrollo de los dones o de "un ministerio" es fomentar la ambición, lo cual es una ruina tanto para la persona quien toma tal palabra como para la iglesia. El ministerio se desarrolla, no mediante la cultivación de la habilidad, sino por medio de que las inescrutables riquezas de Cristo sean forjadas en nuestro ser mientras llevamos una vida conformada a la muerte de Cristo. Utilizar cualquier habilidad natural es contrario a la naturaleza fundamental del Cuerpo de Cristo, el cual es la constitución de la divinidad mezclada con la humanidad y está absolutamente en resurrección. El Señor no llevó a cabo Su ministerio basado en Su propia habilidad natural (Jn. 5:19) y tampoco lo hizo Pablo (2 Co. 1:9; 3:5-6; 4:7).

Describe Yellow - Describe el amarillo

Imagine conversing with a friend who was born blind. He asks you, "Describe yellow." How would you answer? You might tell him about some things that are yellow-the sun, dandelion flowers, a ripe banana. Or you might describe some feelings that you associate with the color--warmth, cheerfulness, alertness. You may even offer a scientific definition--electromagnetic radiation of a certain wavelength. Regardless how many words you use, our friend still cannot substantiate the color yellow. "Yellow" simply means nothing to him.

Now, ask someone, perhaps yourself, to describe God. It seems that we are now in the same boat as our blind friend! How does one describe something he cannot substantiate, something that is not real to his senses? We have not found a way to describe God in the material, physical realm. Then, is God just a concept of human mentality? If so, why do some people affirm with fervor His existence, as we would affirm the existence of "yellow" to a blind person?
Blindness may be nearly impossible to cure, but our search for a description of God is not a theoretical vanity. Our friend who is blind from birth lacks the function of a critical organ, the eye, so he cannot sense anything of the color yellow. Likewise, we cannot know God's existence or person unless we discover the critical organ that can substantiate God. The Bible describes man as a being of three parts (1 Thes. 5:23). The first two we are all familiar with: The body is the part for physical existence and contact with the physical universe; the soul, contained within the body, is the faculty for reason, emotion, and decision. The third part is the deepest, innermost part, contained within the soul: the human spirit (Job 32:8). Only the human spirit can contact God who is Spirit (John 4:24). Just as one must use his eyes, not his nose or his ears, to experience "yellow," we must use our human spirit, not our physical senses or our mind, to substantiate God.

To those of us who have found our human spirit, God is living and real. All His attributes, such as His love, His light, His life, and His wisdom, are available to us. But if you do not use your spiritual faculty, we can only describe God to you as you would describe "yellow" to a blind person. If you want to experience God, simply open to Him and call His name--Jesus Christ (2 Pet. 1:1). A simple prayer like this one will help you find your spirit and contact God:
O Lord Jesus Christ, I open my heart and my spirit to you. Lord, remove all the barriers that keep me from touching You. I want You to be real in me; help me use my spirit to substantiate You. Lord Jesus, I receive You into my spirit. Fill me with Yourself. Fill me with the joy of knowing God. Thank You, Lord Jesus.
Traducción Google:

Describir amarillo Imagínese conversando con un amigo que era ciego de nacimiento. Él le pregunta: "Describir amarilla." ¿Cómo respondería usted? Es posible que le diga algunas cosas que son de color amarillo, el sol, las flores de diente de león, un plátano maduro. O usted podría describir algunos sentimientos que se asocian con el color - la alegría calor, el estado de alerta. Usted puede incluso ofrecer una definición científica - la radiación electromagnética de una longitud de onda determinada. Sin importar cuántas palabras que uso, nuestro amigo todavía no puede confirmar el color amarillo. "Yellow", simplemente no significa nada para él.

 
Ahora, pídale a alguien, tal vez usted mismo, para describir a Dios. Parece que ahora estamos en el mismo barco que nuestro amigo ciego! ¿Cómo describir algo que no puede justificar, algo que no es real en sí? No hemos encontrado una manera de describir a Dios en el material, lo físico. Entonces, es Dios sólo un concepto de la mentalidad humana? Si es así, ¿por qué algunas personas afirman con fervor su existencia, como lo afirmaría la existencia de "amarillo" a una persona ciega?
La ceguera puede ser casi imposible de curar, pero la búsqueda de una descripción de Dios no es una vanidad teórica. Nuestro amigo que es ciego de nacimiento no tiene la función de un órgano crítico, el ojo, por lo que no puede sentir nada por el color amarillo. Del mismo modo, no podemos conocer la existencia de Dios o de la persona a menos que descubre el órgano fundamental que puede justificar a Dios. La Biblia describe al hombre como un ser de tres partes (1 Tes. 5:23). Los dos primeros que todos estamos familiarizados con: El cuerpo es la parte de la existencia física y el contacto con el universo físico, el alma, que figura dentro del cuerpo, es la facultad de la razón, la emoción y decisión. La tercera parte es el más profundo, más íntimo, que figura en el alma: el espíritu humano (Job 32:8). Sólo el espíritu humano puede ponerte en contacto con Dios que es Espíritu (Juan 4:24). Así como uno debe usar sus ojos no, la nariz o las orejas, para experimentar "amarillo", debemos usar nuestro espíritu humano, no nuestros sentidos físicos o nuestra mente, en apoyo de Dios.

 
Para aquellos de nosotros que hemos encontrado nuestro espíritu humano, Dios es viva y real. Todos sus atributos, como su amor, su luz, su vida y su sabiduría, están disponibles para nosotros. Pero si usted no usa su facultad espiritual, sólo podemos describir a Dios a usted como usted describiría "amarillo" a una persona ciega. Si quieres experimentar a Dios, simplemente abra a Él y llamarás su nombre - Jesucristo (2 Pedro 1:1.). Una oración sencilla como ésta le ayudará a encontrar su espíritu y en contacto con Dios:
Oh Señor Jesucristo, abro mi corazón y mi espíritu para que te. Señor, eliminar todos los obstáculos que me impiden tocar Usted. Quiero que sea real en mí, me ayuden a utilizar mi espíritu para que te justificar. Señor Jesús, te recibo en mi espíritu. Lléname de ti mismo. Lléname con la alegría de conocer a Dios. Gracias, Señor Jesús.


Fuente: http://israel.freeshell.org/home/describe-yellow/index.html

lunes, 11 de abril de 2011

El resultado de la redención es salir de allí

Dios salvó a los israelitas mediante el Cordero de la pascua. Cuando el mensajero de Dios salió a dar muerte a todo primogénito de la tierra de Egipto, el ángel de la muerte pasó de largo ante las puertas untadas con la sangre. En la casa cuya puerta no hubiera sangre, moriría el primogénito. Esto no tenía nada que ver con que si la puerta era buena o mala, si el dintel y los postes eran especiales, si era una buena familia la que vivía en esa casa, o si el primogénito honraba a sus padres. Lo único que contaba era que la sangre estuviera allí. Perecer o no perecer no depende del nivel social de la familia ni del comportamiento de uno, sino de la sangre. El factor básico de la salvación es la sangre, lo cual no tiene nada que ver con nosotros mismos.
Puesto que somos salvos por gracia y fuimos redimidos por la sangre del Cordero, no debemos olvidar que en cuanto la sangre nos redime, debemos prepararnos y salir. Una vez que somos redimidos por la sangre, no debemos pensar en comprar casas y morar en Egipto. No, todos debemos salir esa misma noche. Antes de la medianoche, los israelitas sacrificaron el cordero y rociaron la sangre con hisopo; después comieron apresuradamente, con sus lomos ceñidos y los bordones en sus manos, porque tenían que salir inmediatamente.
El primer resultado de la redención es nuestra separación del mundo, la cual consiste en abandonar el mundo al salir de allí. Dios jamás redime a una persona para dejarla en el mismo estado y para que siga viviendo en el mundo. De hecho, esto es absolutamente imposible. Todo el que haya nacido de nuevo, es decir, sea salvo, debe tomar su bordón y salir. Una vez que el ángel de la destrucción separaba al que habría de ser salvo del que iba a perecer, el salvo tenía que salir. En cuanto somos separados por el ángel heridor, tenemos que empacar y salir de Egipto.
Nadie usa un bordón para acostarse, pues el bordón no sirve de almohada, sino que se usa para caminar. Todos los que fueron redimidos, ya sean ancianos o jóvenes, debían tomar su bordón y salir esa misma noche. Igualmente, tan pronto somos redimidos por la sangre, nos convertimos en extranjeros y peregrinos en esta tierra. Así que debemos salir de Egipto y separarnos del mundo inmediatamente. No debemos seguir morando allí.
Una hermana, mientras enseñaba en la reunión de niños la historia de Lázaro y el rico, les preguntó: “¿Desean ser el rico o ser Lázaro? Acuérdense que el rico disfruta en esta era, pero sufrirá en la próxima, mientras que Lázaro sufre hoy, pero disfrutará en la era venidera. ¿Cuál de estos dos quisieran ser?”. Una niña de ocho años le respondió: “Mientras yo esté vivo, quiero ser el rico, pero cuando muera, quiero ser Lázaro”. Muchas personas son así, cuando necesitan la salvación, confían en la sangre del Cordero, pero después de que son salvos por la sangre, se establecen firmemente en Egipto, esperando obtener el beneficio de los dos lados.
Recuerden que la redención que la sangre efectúa nos salva del mundo. Cuando la sangre nos redime, nos convertimos inmediatamente en extranjeros y peregrinos en esta tierra. Esto no quiere decir que ya no vivamos en el mundo, sino que fuimos separados del mundo. Así que, cuando se aplica la redención, el resultado es este: somos separados del mundo. Tan pronto somos redimidos, el curso de nuestra vida cambia y tenemos que dejar el mundo. La sangre separa a los vivos de los muertos y, también separa a los hijos de Dios de la gente del mundo. Una vez redimidos, ya no podemos permanecer en el mundo.


Fuenete: (Mensajes para edificar a los creyentes nuevos, tomo 1, Chapter 6, Section 1)

viernes, 8 de abril de 2011

Le Courant de Vie Qui sommes-nous?

Le Courant de Vie distribue les publications de Living Stream Ministry, maison d'édition qui publie en priorité les écrits de Watchman Nee et de Witness Lee. Nous nous dédions à apporter les richesses de la parole de Dieu à tous Ses croyants, ici en France et dans l'Europe francophone. Notre but consiste à pourvoir une nourriture spirituelle qui nourrisse tous les croyants, afin qu'ils puissent grandir dans la vie divine, en vue de l'édification du Corps de Christ.

Serving the Lord Full-Time (1)

Many of us have a heart for the Lord and His recovery, but may be discouraged by our circumstances because we are “stuck” in school or work, while others are “freed” from these constraints to serve the Lord in a full-time way.  These thoughts often stem from the concept many of us share that only those who have dropped their jobs are serving the Lord full-time.
Brother Lee addresses this concept in chapter 7 of Elder’s Training Book 8:
Romans 12:1 says, “I beg you therefore, brothers, through the compassions of God to present your bodies a living sacrifice, holy, well-pleasing to God, which is your most reasonable service.”  To present your body to God means you give yourself to God.  This is to be full-time. We Christians should all be full-timers.  We have to give ourselves to Him. We do not give ourselves to anything else, only to our saving God.
To present your body actually means to present yourself. As a saved one, you have to present yourself to God. Having presented yourself to God, you will be led by the Lord to either do a job to make money or to preach the gospel without making any money. Whether you do a job or preach the gospel depends upon the Lord’s leading.
Brother Lee goes on to expose our human concept that only the ones who give up their jobs to preach the gospel are full-time, whereas the rest of us are not.  Actually, each one of us should consider ourselves as full-timers.  If we are working, we are a full-timer.  If we are studying, we are a full-timer.  If we are a housewife with several children, we are a full-timer.  We should all be full-time; not to ourselves, our job, our education, or our children, but to the Lord.
This is indeed a liberating revelation.  Regardless of the circumstances the Lord has arranged for us, we can be in them as one serving the Lord full-time.  We shouldn’t belittle the situation in which the Lord has placed us because it is outwardly not a full-time service.  The enemy would love for us to despise our environment and compare it to another’s, especially when we must stay in school or keep our job while others are led to drop theirs. Whichever way the Lord leads us, however, we should simply go in and be at peace.  What matters is our vision and our heart. Whether we are changing dirty diapers, studying biophysics, or preaching the gospel in Paris, our view must be that we are all laboring in the same work.  Whether we keep or drop our job does not matter, that is up to the Lord. We simply care to serve the Lord.  Paul could travel and preach the gospel full-time, or he could make tents with Priscilla and Aquila.  It made no difference to him – he had presented his body as a living sacrifice, and was thus full-time regardless of his outward activities.
Hallelujah!  There is no special class of “full-timers.”  There are simply believers, all of whose reasonable service it is to offer themselves as a living sacrifice to God to serve Him full-time.  May we all receive such a vision and be freed from self-condemnation to serve the Lord in our God-arranged circumstances.

Fuente: http://livingtohim.com/2011/02/serving-the-lord-full-time-1/

Nuestra fe

Esta es la fe, como el contenido de la economía neotestamentaria de Dios, que todos los verdaderos creyentes en Cristo sostienen y por la cual luchan.
Sostenemos que la Biblia es la revelación divina, completa y única y sobre esta base creemos firmemente que Dios es uno y es el Padre, el Hijo y el Espíritu por toda la eternidad. Los tres distintos pero no separados.
Sostenemos que Cristo es el Dios completo y el hombre perfecto. Sin abandonar Su divinidad, fue concebido en el vientre de una virgen humana, vivió como hombre de manera real sobre la tierra y tuvo una muerte sustituta y todo-inclusiva en la cruz. Luego de tres días resucitó corporalmente y ascendió a los cielos. Ahora está en gloria, siendo completamente Dios pero humano también. Esperamos Su regreso inminente con el reino de Dios, desde el cual reinará sobre toda la tierra en el milenio y en la eternidad.
Confesamos que el tercero de la Trinidad, el Espíritu es igualmente Dios. Todo lo que el Padre tiene y es, es expresado por el Hijo y todo lo que el Hijo es y tiene es llevado a cabo como el Espíritu. Del mismo modo creemos que el hombre tiene una gran necesidad: La salvación de Dios. Aunque somos totalmente incapaces de cumplir las pesadas demandas de la justicia, santidad y gloria de Dios, Cristo cumplió todos los requisitos mediante Su muerte en la cruz. Por Su muerte, Cristo nos ha perdonado nuestros pecados, nos ha justificado, haciendo de Cristo nuestra justicia y reconciliándonos con Dios.
Tomando la redención de Cristo como base, Dios regenera a los redimidos con Su Espíritu para que Su salvación sea consumada y podamos llegar a ser Sus hijos. Como creyentes poseemos la vida de Dios y Su naturaleza, y podemos disfrutar una salvación diaria en Su Cuerpo en este tiempo y la salvación eterna en el tiempo venidero y por la eternidad. En la eternidad moraremos con Dios en la Nueva Jerusalén, que es la consumación de la salvación que Dios efectúa en Sus elegidos.
Todos los aspectos enumerados arriba están fundamentados por muchos versículos en la Biblia. Cuando oímos hablar de la fe – la fe objetiva – algo dentro de nosotros se levanta: Dios se imparte en nosotros y una capacidad en nosotros aparece – ¡Y simplemente creemos! ¡Necesitamos escuchar acerca de esa fe más y más!

Fuente: http://dioshombre.wordpress.com/nuestra-fe-dios-hombre/

edificar a Cristo en nuestra experiencia para que podamos entrar en Él y permanecer en Él

Los días anteriores estuvimos disfrutando que necesitamos llevar a cabo nuestra salvación al edificar a Cristo en nuestra experiencia. Así como Noé edificó el arca, nosotros estamos edificando un Cristo práctico y presente hoy en la vida de iglesia. ¡Así como Noé entró en el arca después de construirla, nosotros también estamos entrando en el Cristo que hemos construido, en nuestra experiencia! Esto es lo que el Señor quiere decir en Jn 15:4-5:
Permaneced en Mí, y Yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en Mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en Mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de Mí nada podéis hacer.
Necesitamos permanecer en el Señor pero ¿qué es Él para nosotros? ¿Él es verdadero, práctico y presente? O quizás hemos estado alejados de Él por un tiempo y al venir a estar en Él, parece tan distante y no tan real… ¡Cristo debe estar edificado en nuestra experiencia para poder entrar en Él como nuestra salvación! ¡Si laboramos juntamente con el Señor en nuestra experiencia diaria, de seguro edificamos algo de Cristo y finalmente entraremos en lo que hemos edificado y moraremos en Cristo, como nuestro disfrute! Necesitamos a Cristo en nuestra experiencia diaria. Necesitamos edificar este Cristo en nuestra experiencia. “Tener a Cristo edificado en nuestra experiencia” suena un poco raro, pero el siguiente párrafo de La impartición divina de la Trinidad Divina (del hermano Witness Lee), me ayudó a comprenderlo:
Si ustedes aman al Señor, tienen comunión con Él, viven por Él y caminan junto a Él, desde el lunes hasta el sábado, seguramente el Día del Señor ustedes sentirán de manera muy profunda que están en Cristo. Experimentarán un Cristo práctico y presente en el cual permanecer. Si ustedes aman al Señor, tienen comunión con Él, viven por Él y caminan junto a Él día a día y momento a momento, lo estarán edificando en vuestra experiencia. Ustedes edifican a un Cristo en vuestra experiencia en el cual poder entrar como vuestra salvación. Todo necesitamos edificar a Cristo.
Que no “perdamos esto de vista”. ¡Que no “perdamos la marca” al “perder a Cristo” en nuestra vida diaria! ¡Que nos volvamos a Él y le disfrutemos durante todo el día! El Señor permite circunstancias y personas para constreñirnos, en Su amor, para que nos abramos y lo disfrutemos. La solución a nuestros problemas es esta maravillosa persona, el Señor Jesús. Él es la respuesta. Él es la solución. ¡Él es todo cuanto necesitamos! ¡Al amarlo y disfrutarlo, y al pasar tiempo con Él, Él se edifica en nuestra experiencia día a día! Entonces, podemos entrar en este Cristo como nuestra salvación, ya que ¡Él habrá sido edificado en nosotros poco a poco cada día! No se centre en sus equivocaciones (continuará cometiéndolas) o en sus defectos (todos tenemos). ¡Centraos en el Señor Jesús y tocadle siempre que algo suceda y hasta cuando nada pase! [read this portion in English also via, building up Christ in our experience so that we may enter into Him and abide in Him]
¡Señor, que permanezcamos todos nuestros días y todas nuestras horas, minutos y segundos amándote y disfrutándote! ¡Sálvanos de perder la marca! ¡Sálvanos de no disfrutarte! ¡Señor, queremos haberte edificado en nuestra experiencia cada día! ¡Consérvanos amándote! ¡Consérvanos en Tu disfrute! ¡Que vivamos por Ti y contigo! ¡Señor, sólo queremos estar en Ti como nuestra morada permanente, nuestra vivienda!
Fuente: http://dioshombre.wordpress.com/2011/01/26/edificar-a-cristo-en-nuestra-experiencia-para-que-podamos-entrar-en-el-y-permanecer-en-el/

El Cristo todo-inclusivo como el Espíritu de Jesucristo es nuestra salvación diaria, en cada momento

¡Es maravilloso cómo este Cristo es más rico para nosotros cada día, nos llena más cada día y es más disfrutable! Esta mañana he disfrutado esto en el libro de Filipenses Cristo es todo para nosotros en nuestra experiencia para ser nuestra salvación no sólo en la eternidad, esto es a muy largo plazo, sino ¡cada día, cada momento! No conozco vuestros casos pero ¡yo necesito ser salvo de una manera nueva y fresca en cada momento del día! La salvación de Dios es eterna y también es diaria. ¡Experimentamos a Cristo cada día en Sus muchos aspectos como nuestra salvación práctica! En cada capítulo del libro de Filipenses vemos aspectos de Cristo como nuestra salvación:
  1. En Filipenses 1 vemos que la salvación es vivir a Cristo y magnificarlo en cualquier circunstancia. ¡Cristo es nuestra salvación a largo plazo!
  2. En Filipenses 2 vemos que esta salvación es reflejar a Cristo al hablar la palabra de vida abundante y continuamente. En este capítulo ¡Cristo es nuestra salvación diaria!
  3. En Filipenses 3 vemos que la salvación es la justicia de Dios, la cual es Dios mismo corporificado en Cristo.
  4. En Filipenses 4 vemos una vida que es verdadera, honorable, justa, pura, llena de amor, con un hablar elevado y llena de virtudes y alabanza. Esta vida es Cristo. ¡Cristo es todas las virtudes de nuestra humanidad!
¡Todo lo que necesitamos hacer es disfrutar a este Cristo maravilloso como nuestra vida, nuestro vivir, nuestro modelo, nuestra expresión, nuestra meta, nuestra búsqueda, nuestra fuerza y nuestro secreto! ¿Cómo podemos disfrutar a Cristo como esta Persona que es todo? Pablo nos da la llave en Fil 1:19-21 donde dice:
19. Porque sé que por vuestra petición y la suministración del Espíritu de Jesucristo, esto resultará en mi salvación,
20. Conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada seré avergonzado; antes bien con toda confianza, como siempre, ahora también será magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte.
21. Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.
¡Esta Persona del Señor Jesucristo, maravillosa y todo inclusiva, se encuentra hoy dentro de la suministración abundante del Espíritu de Jesucristo, que es el Espíritu Consumado!, porque el Dios Triuno pasó por un proceso de encarnación, vivir humano, crucifixión y resurrección, llegando a ser el Espíritu vivificante. Como ese Espíritu, Él nos está dando una suministración abundante, para que vivamos la vida divina en la vida humana, para que ¡seamos salvos cada día y expresemos a Cristo en nuestro vivir! Pablo aquí admite que es el Espíritu de Jesucristo el que llegó a ser la salvación de él y que ¡esta salvación no consiste en que él sea librado de las cadenas o la prisión! Esta salvación consiste en ser salvo de la debilidad ¡para poder magnificar a Cristo en su propio cuerpo ya sea que siga vivo o que muera! Pablo no le pidió al Señor que lo salvara, que lo alejara de lo que era en ese momento su entorno, es decir, la prisión, sino que deseó experimentar la suministración del Espíritu de Jesucristo para ¡poder magnificar a Cristo sin ser derrotado! ¡Esta es la salvación al más alto nivel; ser salvos de no magnificar a Cristo en cualquier situación o circunstancia en la que nos encontremos!
Tomamos a Cristo como nuestra vida para que Él se nuestro vivir mediante este Espíritu de Jesucristo. ¡Cuando disfrutamos el Espíritu en nuestro espíritu, estamos tomando a Cristo como nuestro modelo para que sea nuestra expresión y tomamos a Cristo como nuestra meta y perseverancia, en medio de nuestra búsqueda! Al disfrutar a este Cristo maravilloso como el Espíritu hoy, llegamos a ser capaces de hacer todas las cosas en Cristo, que nos fortalece y ¡este es nuestro secreto! ¡No es de nosotros, a partir de nosotros o en nosotros mismos, sino que todo proviene de / y es este maravilloso Espíritu en nuestro espíritu como la suministración abundante para nuestra salvación diaria! ¡Cuánto necesitamos ser salvos hoy, aún más, al disfrutar esta suministración abundante del Espíritu de Jesucristo para que podamos vivir a Cristo y magnificarlo dondequiera que estemos, con quienquiera que estemos y en cualquier cosa que hagamos! [Breve testimonio de lo disfrutado de La experiencia y el crecimiento en vida, de Witness Lee] [read this portion in English also via, the all-inclusive Christ as the Spirit of Jesus Christ is our daily moment-by-moment salvation!]
¡Señor, que sigamos disfrutándote hoy! ¡Gracias por llegar a ser el Espíritu de Jesucristo como la suministración abundante para nuestra vida diaria! ¡Sálvanos de no vivir y magnificar a Cristo! ¡Que nos tornemos a Ti siempre desde cualquier cosa y desde cualquier persona y Te tomemos como nuestra suministración continua! ¡Señor, necesitamos hoy ser salvos mucho más! ¡Sé nuestra salvación hoy para que Te magnifiquemos! ¡Este es nuestro deseo, Señor, no que NOS SAQUES de nuestra situación actual sino que nos des la abundante suministración para que podamos magnificarte y no fallemos en eso! ¡Sé magnificado en nosotros, Señor!

Fuente: http://dioshombre.wordpress.com/2011/01/22/el-cristo-todo-inclusivo-como-el-espiritu-de-jesucristo-es-nuestra-salvacion-diaria-en-cada-momento/

jueves, 7 de abril de 2011

El uso de métodos mundanos para atraer a los jóvenes y obtener el aumento

El libro de Hechos nos muestra que la única manera de predicar el evangelio para obtener el aumento de la iglesia es mediante la oración, el Espíritu y la Palabra por medio de ejercitar la fe (Hch. 1:8; 4:31; 6:4, nota 1; 8:4; cfr., 2 Co. 4:13). El Evangelio de Juan nos dice que la manera de llevar fruto que permanezca es morando en Cristo como la vid (Jn. 15:1, 4-6, 8, 16). Al ser uno con Cristo y vivirle a Él, hacemos que las riquezas de la vida divina rebosen hasta alcanzar a otros. Sólo al ser tales personas podemos llevar en otros el fruto de vida apropiado. El apóstol Pablo llevó a cabo su ministerio por medio de vivir bajo el aniquilar de la cruz de Cristo (2 Co. 4:10-12) para que la verdad fuese manifestada (2 Co. 4:2) con el fin de que el evangelio pudiera brillar hacia otros (2 Co. 4:6). El apóstol no utilizó ningún artificio o truco para atraer a las personas. Tales cosas sólo ponen al descubierto la escasez de aquellos quienes los usan. Más bien, los apóstoles llevaron el testimonio de Dios con una humanidad transformada mediante el ejercicio de la fe en el hablar la Palabra en el espíritu basándose en mucha oración.
Introducir cualquier elemento extraño, como la música "rock" o los dramas, arruina el edificio de Dios y provoca la destrucción que proviene de Dios (1 Co. 3:17, nota 1). Dichas cosas son mundanas e involucra una falsa exposición de la carne. Ellas introducen la mundanalidad a la iglesia y llevan de regreso al mundo a los jóvenes quienes participan en esas actividades, amoldándolos a la era presente, contrario a la exhortación de Pablo (Ro. 12:2). Son una mixtura maligna que suscitan un gusto por los métodos mundanos, causando que tanto los participantes como la audiencia sean separados del amor del Padre (1 Jn. 2:15). Tales cosas son impuras y contienen levadura que corrompen tanto a la iglesia como a los creyentes (Mt. 13:33). De hecho, usar el entretenimiento en el servicio a Dios es una forma de idolatría (1 Co. 10:7). Esos métodos no corresponden con la naturaleza divina del Padre, con la obra redentora de Cristo, ni con la obra transformadora del Espíritu como los materiales únicos para el edificio de Dios; y puesto que son madera, heno y hojarasca son buenos nada más que para el juicio de Dios (1 Co. 3:12-15; vea la nota 2 del versículo 12).

LAS FUNCIONES DE LA BIBLIA EN NUESTRA EXPERIENCIA



Ahora que entendemos un poco más lo que es la Biblia, podemos ver que podemos hacerla real y experimentarla. La Biblia es un libro de revelación divina, verdad y vida. ¿Qué otro libro está lleno de la vida divina, una vida que podemos obtener y disfrutar? Por la misericordia de Dios, tenemos este libro tangible que nos abre el camino a todas las experiencias espirituales. Al leer la Biblia de una manera apropiada y habitual, podemos entrar a las profundidades de esta realidad.

En nuestra experiencia inicial de Dios

En nuestra experiencia inicial de Dios, la Biblia testifica con respecto al Señor Jesús, nos hace sabios para la salvación y hace que seamos regenerados.
Ellas son [las Escrituras] las que dan testimonio de Mí [Cristo]—Juan 5:39
Las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús—2 Ti. 3:15
Habiendo sido regenerados, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios, la cual vive y permanece para siempre—1 P. 1:23
Algunos han conocido al Señor y le han recibido simplemente al leer Juan 14:6, que dice: “Yo soy el camino, y la realidad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por Mí.” Esta experiencia de salvación testifica del poder de la Biblia como la corporificación de Dios para hacer que una persona sea “sabio para la salvación” y para regenerar a la persona con la vida divina que ella contiene.

Es nuestro alimento

Debemos leer la Biblia porque nuestra vida espiritual depende de ella. Al igual que toda vida, si nuestra vida espiritual no recibe nutrición, se debilitará y marchitará. La Biblia es nuestro alimento espiritual. Es tanto nuestra leche espiritual como el pan de vida. Debemos nutrir nuestra vida espiritual por medio de leer la Palabra diariamente.
Desead, como niños recién nacidos, la leche de la palabra dada sin engaño, para que por ella crezcáis para salvación.—1 P. 2:2
No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios—Mt. 4:4
Tal como nuestra vida física necesita nutrimento, así también nuestra vida espiritual necesita nutrimento. El nutrimento de nuestra vida espiritual solamente puede ser provisto por la palabra de la Biblia. Para ser viviente y fuerte delante de Dios, no podemos depender de pan solamente, sino de toda palabra, esto es, la palabra de la Biblia, la cual procede de la boca de Dios. Debemos tomar la palabra de Dios como alimento, y comerla (Jer. 15:16)...De otro modo nuestra vida espiritual no puede estar fuerte.11
Muchos versículos hablan de la Biblia como nuestro alimento y de la experiencia de aquellos que tomaron la Biblia como su sustento:
Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; / y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón—Jer. 15:16
Guardé las palabras de su boca más que mi comida—Job 23:12
En la misma manera que nuestro alimento físico llega a ser parte nuestra de forma metabólica, cuando tomamos la Biblia como alimento, se produce un cambio en nuestra constitución. Mientras más comemos la palabra de Dios, mucho más seremos llenos y constituidos con Él.
Tal como los alimentos que ingerimos y digerimos nos nutren interiormente al cambiarnos y transformarnos metabólicamente, la Palabra de Dios nos transforma al enseñarnos, redargüirnos, corregirnos e instruirnos interiormente.12
De acuerdo a la revelación completa en la Santa Biblia, las palabras de Dios son buenas para comer y necesitamos comerlas (Sal. 119:103; Mt. 4:4; He. 5:12-14; 1 P. 2:2-3). La palabra de Dios es el suplir divino como alimento para nutrirnos. A través de la Palabra como nuestro alimento, Dios dispensa Sus riquezas en nuestro ser interior para nutrirnos a fin de que seamos constituidos con Su elemento. Este es un aspecto crucial de la economía de Dios. Cuando comemos las palabras de Dios, Su palabra llega a ser el gozo y la alegría de nuestro corazón.13
Si no comemos alimento físico estaremos débiles y con el tiempo moriremos. De la misma manera, cuando descuidamos la Palabra, nos sentimos espiritualmente débiles, secos y muertos. Pero esta situación enfermiza puede ser invertida solamente cuando nos volvemos a Su Palabra y tomamos la nutrición apropiada. Cuando comemos la Palabra, somos reavivados, suplidos y fortalecidos espiritualmente.

Nos da luz

Salmos 119:105 dice: “Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.” Luego el versículo 130 dice: “La exposición de tus palabras alumbra.” Por lo tanto, nuestra lectura de la Palabra tiene un resultado:
Cuando la palabra de Dios es abierta o revelada a nosotros, nos da luz, alumbra interiormente nuestro corazón y nuestro espíritu para impartirnos sabiduría y revelación.14
Cuando la palabra de Dios dice: “Dios es luz”, lleva consigo a Dios como luz.15
Muchas veces hemos experimentado que cuando pasamos tiempo en la Palabra, recibimos el resplandor de Dios como luz en nuestro ser, dándonos entendimiento y llenándonos de luz y revelación.

Nos riega y refresca

Cuando vivimos aparte del Señor y Su Palabra, o cuando el polvo de las cosas viejas y comunes se asienta sobre nosotros mientras hacemos nuestros quehaceres diarios en el trabajo o en la escuela, nos sentimos secos y viejos. Pero debido a que la Palabra es viva y nueva, cuando la leemos somos regados, suplidos y vigorizados.
Goteará como la lluvia mi enseñanza; / Destilará como el rocío mi razonamiento, / Como la llovizna sobre la grama, / Y como las gotas sobre la hierba.—Dt. 32:2
Dios ha enviado Su Palabra para regar a Su pueblo.16

Nos permite tener el hablar del Señor para el momento

Sin la palabra escrita del Señor, nos sería difícil tener Su palabra hablada para el momento. La expresión griega para Verbo usada en Juan 1:1 es lógos, que se refiere a la palabra constante, eterna e inmutable de Dios. Esta palabra constante es necesaria para que nosotros podamos tener la palabra réma, la palabra griega para palabras que se usa en Juan 6:63 la cual denota la palabra hablada para el momento.17 Aunque la palabra lógos está fuera de nosotros, cuando la recibimos llega a ser la palabra réma dentro de nosotros, esta palabra es espíritu y vida. Con frecuencia experimentamos la palabra que hemos leído previamente moviéndose dentro de nosotros como el Espíritu, hablándonos, enseñándonos, reprendiéndonos y corrigiéndonos. Este hablar es la palabra al momento del Cristo que mora en nosotros, es la palabra réma que viene como resultado de recibir la palabra lógos. Necesitamos dejar que la palabra constante more en nosotros ricamente (Col. 3:16) para que la palabra para el momento también more en nosotros (Juan 15:7). Cuanto más tengamos la palabra hablada para el momento, más disfrutaremos Su presencia, más veremos Su revelación y tendremos Su dirección.
Las palabras que Dios dirige al hombre en la actualidad se basan en lo que Él ya dijo. Él raras veces dice lo que no haya expresado en la Biblia...Es muy difícil que una persona reciba la revelación de Dios si desconoce lo que Dios ha dicho en el pasado. Más aún, si Dios desea hablar por medio de nosotros, Él lo hará basándose en lo que Él expresó antes; pero si no sabemos lo que Él ha dicho, no le podremos servir, porque Él no puede expresarse en nosotros. Esta es la razón por la cual necesitamos que la palabra de Dios more en nosotros ricamente, ya que así conoceremos la manera en que Él ha hablado en el pasado y oiremos lo que profiera hoy.18
Fuente: http://www.readhisword.com/Home/Why

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La Biblia es el regalo de Dios para el hombre y el mayor tesoro de éste. La Biblia comunica el propósito de Dios, esto es, el significado de nuestra vida humana. No obstante, si la Biblia permanece en nuestros estantes sin que la leamos, no podremos beneficiarnos de ella.
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“Toda la Escritura es dada por el aliento de Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea cabal, enteramente equipado para toda buena obra”.—2 Timoteo 3:16–17

Fuente: http://www.readhisword.com/

Why Are There So Many Problems in the World?

Recent events have caused us to pay close attention to the current situation in the world. There have been earthquakes in Japan, New Zealand and Haiti, with many thousands killed and thousands more made homeless. The political situation in the Middle East is uncertain and unstable. Newspapers are full of bad news, and prisons are full of criminals. Society is corrupt, people are suffering from sickness and poverty, and we are riding on an economic rollercoaster. Intelligent people try to tackle these problems, but everywhere we look there are more problems. Why are there so many problems in the world, and what is the solution to these problems?

This surely is a big issue, and one that concerns many thoughtful people. We first have to realise what the real root of every problem is. Satan rebelled against God (Ezekiel 28:12-17) and deceived man so that sin entered into the human race through Adam (Romans 5:12). Just as we inherited genes from our parents, so we also inherited sin from Adam. There is no man who does not sin (Romans 3:23; 1 Kings 8:46), and from sin comes death (1 Corinthians 15:22). Now the whole world lies in the evil one (1 John 5:19) and is manipulated and abused by him. God loves man, but Satan hates man and has brought afflictions such as wars, natural disasters, man-made calamities, and all kinds of diseases to the world (Revelation 12:12).

But the good news is that God has already prepared the solution to all these problems. This solution is Christ in His two comings. God sent His Son, Jesus Christ, to be the Saviour of the world (1 John 4:14). On the cross Christ dealt with our inward sin, the gene of sin, by becoming sin on our behalf and condemning sin in the flesh; and He also dealt with our outward sins by bearing them on our behalf to satisfy God’s righteous requirement (Romans 8:3-4). Because of this we can receive a new life, and are regenerated with the gene of God (1 Peter 1:3).

Christ settled the problem of sin in His first coming; however, at that time He did not touch any social, political or environmental problems. It may have been a surprise that He did not proclaim Himself as king or try to overthrow the Romans, even though He had the power to do so (John 6:15). This shows that His purpose was to save man. When man is saved in Christ, spontaneously many other problems are solved (Romans 5:10). In Christ there is no distinction of status or discrimination of race (Colossians 3:11).

Although we see sin itself still causing problems in the world, this does not mean that God is oblivious to these problems or that we must find a way to solve them by ourselves. The problems of this world will be fully dealt with in Christ’s second coming. The book of Isaiah tells us that when He comes, He will settle injustice, wars, sickness, and famine. In the new heaven and new earth, there will be no death, tears, sorrow, crying, pain or suffering (Revelation 21:4; 7:16-17; 1 Corinthians 15:54). All of our hope rests in the coming of our Lord. When He comes, all problems will be solved. Instead of focusing on problems, we can turn our eyes upon Jesus (Hebrews 12:2). He has already taken care of the problem of sin and today we can receive Him as our Saviour and as our new life. To do so, simply open your heart to the Lord and pray:
"Lord Jesus Christ,
I need you to solve all my problems.
Thank You for dying to save me.
I open to receive You as my new life.
Lord Jesus, come quickly!"

We welcome you to contact us to participate in further fellowship concerning this truth question or other matters related to the truth.

Fuente: http://www.truthquestions.org.uk/why-are-there-so-many-problems-in-the-world/

SITIO WEB DE LA IGLESIA EN PADRE LAS CASAS - CHILE

DECLARACIÓN DE FE: Puesto que consideramos a la Biblia como la única y completa revelación divina, tenemos la firme convicción de fe de...