LOS QUE AMAN LOCAMENTE A JESUS (PARTE 2)


LA NECESIDAD DE QUE SEAMOS LOS QUE AMEN LOCAMENTE A JESUS
Quiero decir de nuevo que usted necesita olvidarse de la corrección, el mejoramiento y las actividades externas. Siempre ponga plena atención a la parte interior de su ser donde está Jesús. No trate de servir al Señor, obrar para El o hacer algo para El. Tiene que acudir a El a fin de que le muestre toda Su belleza y dulzura. Esto lo atraerá a usted para que le ame. Debemos decir: "Señor Jesús, eres tan dulce para mí. Eres tan amoroso y tan amable para mí. Cada vez que te invoco, tengo una dulce sensación en lo profundo de mi ser". Debemos sentir un amor hacia Jesús que es dulce a nuestro sentir interior. Debemos decirle al Señor todo el tiempo: "Oh Señor Jesús, te amo".

Muchos queridos cristianos han sido distraídos al tratar de hacer algo para el Señor. Esto se debe a que Satanás en su sutileza quiere que quitemos nuestra atención del mismo centro de nuestro ser. No ponga atención a las actividades externas, sino que siempre regrese al espíritu. Desde el interior de su espíritu debe decirle al Señor mil veces al día: "Señor Jesús, te amo". El nombre de Jesús es el nombre más dulce de la tierra. Al decirle al Señor que usted lo ama, espontáneamente le dará a Jesús más espacio, más lugar dentro de usted.

Decir: "Oh Señor Jesús, te amo", no es simplemente un dicho. Esto es la respiración espiritual invocando Su nombre. Cuando usted dice: "Señor Jesús, te amo", tiene una sensación dulce dentro de usted. Cuando dice esto, le proporciona más espacio dentro de su ser. El se extenderá en su ser y lo saturará con todo lo que El es, con todas Sus riquezas. Si usted hace esto día y noche, será completamente saturado con Jesús. Esto es lo que significa tener a Jesús revelado en usted (Gá. 1:16a), viviendo en usted (2:20a), formado en usted (4:19), y haciendo Su hogar en todo el ser de usted Ef. 3:17a).

Cuando El hace Su hogar en su corazón, no solamente es revelado en su espíritu, sino que también toma posesión plena de su ser. No existe necesidad de que usted ore diciendo: "Oh Señor, ven y tómame". Simplemente invóquele y dígale que lo ama. Dígale que El es tan dulce para usted. Dígale que para usted El es tan amable. "Oh Señor Jesús, simplemente te amo. Muéstrame Tu belleza. Muéstrame Tu hermosura.
Muéstrame Tu dulzura. Haz que tenga la plena sensación de Tu dulzura". Si va usted a orar, ore de esta manera.

Debe usted olvidarse de todo lo demás. Si usted se enoja fácilmente, olvídese de eso. Si no puede amar a otros, olvídese de eso. Si usted no puede servir o funcionar, olvídese de eso. Cuando yo era joven, frecuentemente le pedía al Señor que me capacitara en mi ministerio y en mi servicio y obra para El. No diría que esas oraciones no fueron buenas, sin embargo, hoy en día, tengo una manera simple de orar. Cuanto más crezco en el Señor, más sencilla llega a ser la manera en que tengo contacto con el Señor. Simplemente digo: "Oh Señor Jesús, te amo. Simplemente te amo; eres tan dulce para mí".
Mañana, trate de decir esto cien veces, luego vaya a la reunión y vea lo que sucede. Necesitamos decir: "Señor Jesús, te amo. Oh Señor Jesús, te amo. Simplemente te amo. Eres tan dulce. Revélate a mí. Muéstrame Tu belleza. Cautívame, Señor, con Tu belleza. Quiero estar loco al ser destrozado con Tu belleza".

Luego, usted verá lo que saldrá en la reunión. Usted será el primero, incluso el mejor, para funcionar.
Gálatas 2:20 dice: "Ya no vivo yo, más vive Cristo en mi-. Sin embargo, simplemente conocer esta doctrina no funciona. Usted tiene que tener contacto con El. Abra su ser a El al apreciar Su belleza, Su hermosura y Su dulzura. Especialmente ustedes jóvenes tienen que orar para que el Señor los atraiga, los destroce y los cautive. Hoy en día esta generación no necesita muchos ministerios, sino muchos que amen a Jesús. No quiero ser un ministro. Quiero ser uno que ame a Jesús. Ustedes jóvenes tienen que ser los que amen a Jesús. Tienen que estar conscientes de que el enemigo, el sutil, lo seducirá al tentarlo a servir al Señor. Quizás usted diga que está aprendiendo a servir al Señor, pero el Señor no necesita que lo sirva. El Señor Jesús necesita que lo ame.

En la costa del mar de Tiberias, el Señor Jesús le preguntó a Pedro «Simón Pedro, ¿me amas? ¿me amas más que todos éstos?" (Jn. 21:15). La vida cristiana no es un asunto de obrar para El ni de servirle. Olvídese de todo eso. Satanás, el sutil, vendrá a seducirlo, tentándolo para que sirva al Señor. Hoy en día, en esta generación el Señor Jesús no necesita una gran cantidad de jóvenes que obren para El. El necesita muchos jóvenes que lo amen desesperadamente. Si usted simplemente lo amara por medio día, estaría loco. Hoy en día, el Señor Jesús necesita muchos que lo amen locamente.

En el cristianismo ha habido mucha obra, demasiado servicio humano. Incluso ellos llaman servicio a su reunión. Pero, necesitamos darnos cuenta de que nuestras reuniones son una fiesta. Necesitamos tener fiesta con Jesús al amarlo. Necesitamos ser atraídos por El. Para todos nuestros sentidos nada debería ser tan dulce, tan precioso, tan atractivo y tan asombroso como Jesús.

Todos ustedes hermanos jóvenes tienen que orar por esto. Deben orar: "Señor Jesús, haz que te ame; muéstrame Tu belleza. Muéstrame Tu hermosura. Muéstrame Tu dulzura". El nombre de Jesús debe ser tan dulce para usted. Si todos los jóvenes fueran destrozados por la belleza de Cristo, esto afectaría a toda la nación. No necesitamos predicadores, ministros, o pastores. Necesitamos los que aman a Jesús.

La generación de hoy, es una generación de los que aman el placer. Hoy día, las personas aman toda clase de entretenimiento, diversión y disfrute mundano. Nosotros no somos como estos. Somos los que aman locamente a Jesús. No nos preocupa el entretenimiento, la diversión o -el -disfrute mundano. No nos dedicamos a ninguna clase de deporte. Nuestro deporte es Jesús. Jesús es todo nuestro entretenimiento. ¿Está usted realmente loco a tal grado?

No piense que necesita usted más enseñanzas de la Biblia. No piense que necesita algún adiestramiento para servir al Señor, cómo predicar el evangelio y cómo obrar para el Señor. Estoy desesperado por hacer que todos ustedes sean los que amen locamente a Jesús. No tengo carga de darles alguna doctrina nueva, algún mensaje nuevo. Tengo carga de hacer que todos ustedes sean los que amen locamente a Jesús. Solamente me preocupa una cosa, que ustedes amen a Jesús locamente.

Cada uno de los que le ama, es un loco. Si usted es sobrio para amar a alguien, su amor debe ser falso. Tenemos un proverbio que dice: "El amor ciega". En un sentido, tengo la carga de cegarlos, y no de hacerlos tan claros. Cuando Adán y Eva comieron el fruto del árbol del conocimiento, sus ojos fueron abiertos y ellos llegaron a estar claros (Gn. 3:5-7). Por el otro lado, cuando Jesús vino a Saulo de Tarso, sus ojos fueron cegados (Hch. 9:8). El amor ciega. No trate de estar claro. Usted tiene que perder su vista. Cuando Jesús lo atrapa, usted llega a estar ciego a todo, excepto a El. Hoy día, esta generación no necesita un grupo de jóvenes que estén claros. Necesita muchos jóvenes que amen locamente a Jesús.

No hay otra manera de que el Señor Jesús tome posesión plena de usted. No puedo enseñarles que sean así. Pero sí sé que si el Señor Jesús se le presenta a usted con Su belleza, Su hermosura, usted será plenamente tomado por El. Luego, usted se olvidará de todo. Usted será plenamente poseído por Cristo. Usted debe estar loco a tal grado que no esté consciente de que está loco. Usted está loco sin sentir que está loco, sin embargo, sí tiene la plena sensación de Cristo. Esta clase de persona es lo que esta generación necesita para el recobro del Señor.

Usted no debe tener el pensamiento de servir al Señor de una manera religiosa o de comportarse de una manera ética. Usted sencillamente debe saber amar al Señor Jesús. Si ustedes son los que aman locamente al Señor, todo su ser desde lo más profundo será plenamente ocupado por Jesús. Su sentimiento, su voluntad, su decisión, su intención, su motivo, su deseo y todo dentro de usted, será plenamente tomado por Jesús. No quiero darles más y más enseñanzas y doctrinas. Quiero cegarlos, hacer que sean los que amen locamente a Jesús.

Cada continente necesita tales personas que amen. Por toda la tierra tenemos que estar locos por Jesús. Cada lugar necesita algunos que amen a Jesús. No se preocupe por su vivir, su destino o su futuro. Su destino es amar a Jesús, estar loco por Jesús. Cada ciudad, cada estado y cada país necesita un montón de personas que aman locamente a Jesús. Si todos ustedes lo aman locamente, el número de asistentes en sus reuniones siempre estará aumentando. ¡Todos ustedes necesitan ser los que amen locamente a Jesús! Esto es lo que le generación de hoy necesita.

 by Witness Lee

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