Ser nutridos por la palabra de Dios

Viernes, 29 de mayo del 2009
Cuando el Señor Jesús se enfrentó a las tentaciones de Satanás, el Señor Jesús citó las palabras dichas por Moises en Deuteronomio 8:3 diciendo: “No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mt. 4:4). El hombre Jesús, como nuestro patrón, tomó la palabra de Dios en las Escrituras como pan y vivió de ella. Mas adelante, Pedro exhortó a los nuevos creyentes a beber la palabra de Dios al decir: “desead como niños recién nacidos, la leche de la palabra dada sin engaño, para que por ella crezcáis para salvación” (1P. 2:2). La palabra de Dios es la leche con la cual se alimentan los recien nacidos de modo que crezcan en la vida espiritual. El apóstol Pablo habló de la palabra de Dios como la leche para los bebés y el alimento sólido para los creyentes maduros diciendo: “Os di a beber leche, y no alimento sólido; porque aún no erais capaces de recibirlo,” (1 Co. 3:2) y “el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez” (He. 5:14).
Estas porciones del Nuevo Testamento hablan de la palabra de Dios como el pan, la leche y el alimento sólido, todos son aspectos que describen nutrición. Al darnos Su palabra en las Escrituras, la intención de Dios no era simplemente enseñarmos, sino aún más alimentarnos, nutrir nuestro ser interior, nuestro espíritu y nuestra alma a fin de que recibamos Su elemento divino para vivir y crecer en Su vida divina hasta que seamos “perfecto[s] en Cristo” (Col. 1:28).
Antes de su martirio, Pablo exhortó a su jóven colaborador Timoteo a que fuera “nutrido con las palabras de la fe y de la buena enseñanza que has seguido fielmente” (1 Ti. 4:6). En el Nuevo TestamentoVersión Recobro, la nota de pie de página 2 del versículo 6 dice:
“El fin de ser nutridos es el crecimiento en vida, lo cual es un asunto de vida; difiere de ser meramentre enseñado, lo cual es un asunto de conocimiento”.
Para ser nutridos con la palabra de Dios, no solamente debemos leer o estudiar la Biblia; necesitamos beber la palabra de Dios como la leche, comer la palabra de Dios como el pan y alimentarnos de la palabra de Dios como el alimento sólido. Debemos ser como Jeremías, quien halló las palabras del Señor y “las comí[ó]” (Jer. 15:16). Es por medio de recibir la palabra de Dios como nuestro alimento diario, que experimentaremos una transformación interna y creceremos en la vida de Cristo hasta que seamos “semejantes a El” (1 Jn. 3:2).
El Nuevo Testamento Versión Recobro es una publicación cuyos derechos de autor pertenecen a Living Stream Ministry, Anaheim, California. Bibles for America distribuye ejemplares gratuitos del Nuevo Testamento Versión Recobro. Usted puede ordenar el suyo en este sitio al visitar la página de orden.
Fuente: http://www.biblesforamerica.org/2009/05/Ser-nutridos-por-la-palabra-de-Dios-r-2.aspx

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