Animar la ambición al enfatizar el desarrollo de las habilidades naturales como "dones"

Algunos hermanos han animado a los jóvenes a que "desarrollen, perfeccionen y utilicen los dones que Dios les ha dado para la edificación de las iglesias". Aunque esas palabras se oigan bien placenteras, traicionan un malentendido básico en cuanto a qué son los dones, cómo se desarrollan los dones genuinos y cómo estos están relacionados con la edificación de la iglesia. Lo que se necesita para edificar la iglesia no es desarrollar las habilidades naturales, tales como la música o los dramas, sino ministrar vida. Las habilidades naturales pertenecen a la vieja creación y no tienen valor delante de Dios. Los dones que son útiles en la edificación de la iglesia son los que son el resultado del crecimiento en vida; ellos no se pueden desarrollar independientes de nuestra búsqueda de Cristo y de Su impartición de la vida divina en nosotros cuando tenemos comunión con Él. Enfatizar el desarrollo de los dones o de "un ministerio" es fomentar la ambición, lo cual es una ruina tanto para la persona quien toma tal palabra como para la iglesia. El ministerio se desarrolla, no mediante la cultivación de la habilidad, sino por medio de que las inescrutables riquezas de Cristo sean forjadas en nuestro ser mientras llevamos una vida conformada a la muerte de Cristo. Utilizar cualquier habilidad natural es contrario a la naturaleza fundamental del Cuerpo de Cristo, el cual es la constitución de la divinidad mezclada con la humanidad y está absolutamente en resurrección. El Señor no llevó a cabo Su ministerio basado en Su propia habilidad natural (Jn. 5:19) y tampoco lo hizo Pablo (2 Co. 1:9; 3:5-6; 4:7).

Comentarios

Entradas populares de este blog

Ser nutridos por la palabra de Dios

LAS FUNCIONES DE LA BIBLIA EN NUESTRA EXPERIENCIA

Los Dos Olivos, una librería particular en Córdoba